Diablos de carnavales de El Callao. Fuente: facebook personal de Rubén Alfaro. |
Las escuelitas callaoenses empiezan a planificar las actividades previas para las comparsas y los niños se preparan como para una evaluación, apenas acaba de comenzar el año y ya casi no quedan hoteles donde hospedarse, la atracción turística que llama la atención del pueblo es “algo seductora”. Por todo el pueblo se empiezan a colocar pancartas dándole la bienvenida a esta época como si se tratara del año nuevo.
Del Valle Farreras- Maestra de escuela (jubilada). Fuente: facebook de autor |
A finales del primer mes del año se realiza el famoso “grito de Carnaval”, evento de partida de estas festividades, inclusive en ese período el pueblo recibe muchos turistas, nacionales y extranjeros, como para darse un probadita de lo que les espera el mes de febrero. La conocida, maestra Del Valle Farreras, quien lleva toda su vida viviendo en el pueblo dice: “Ya se avecina la fecha en la que la tranquilidad del pueblo se acaba, pero se siembran recuerdos, a mi memoria llega la época en la cual las madamas genuinas del pueblo hacían alarde de este momento”.
Cuentos de boca
El origen del Carnaval en el Callao tiene su historia basada en mitos y a la vez en realidades, ha sido transmitido de generación en generación a través de los popularmente llamados “cuentos de boca”. Es complejo concluir una historia de un poblado habitados por muchas personas de las Antillas francesas e inglesas, trinitarios, corsos y otras múltiples nacionalidades, lo importante de esto es tratar de unir estas vivencias a través de los conocimientos de a los que su cabello plateado les atribuye experiencia.
Moneda de oro (rostro Madama Isidora Agnes). Fuente: Rubén Alfaro. |
Este lugar es denominado por muchos “pueblo bendecido por Dios”, dicen que desde el principio atrajo la atención de muchas personas por el metal precioso llamado oro, el cual fue la excusa de muchos inmigrantes para hacer de El Callao su hogar. Hoy por hoy se pierde en los mitos generados por infinidades de personas que afirman haber conocido las leyendas del antiguo pueblo de El Dorado, donde se decía que “todo el que llegara al Dorado se hacía millonario” y esto fue motivación para la novela “Canaima” escrita por Rómulo Gallegos.
Ricardo Sarti. Cronista de El Callao. Fuente: facebook personal del mismo |
El investigador Ricardo Sarti a sus 79 años tiene su origen en este pueblo, creció rodeado de estas historias y decidió documentarlas a través de la inmortalidad de los escritos en papel, nos hizo llegar esta investigación vía Facebook y aquí compartimos con ustedes directamente sus perspectivas del inicio de estas celebraciones:
“A partir del año 1939, coincidiendo con el boom petrolero que comenzó con el inicio de la segunda guerra mundial, se produjo un éxodo de grandes contingentes de pobladores de El Callao hacia las zonas petroleras, en especial para la de Oriente. Esto trajo como consecuencia que el número de comparsas que se organizaban para participar durante los carnavales se hizo cada vez menor. Esta situación se prolongó hasta mediados de los años 50´s, cuando por iniciativas de varias personas, entre las cuales se encontraban: Humberto Wallace, Kenton St Bernard, Isidora Agnes, Lourdes Basanta, Julio Yánez y otras entusiastas personas del carnaval comenzaron a promover la reactivación de las comparsas de carnaval.
Comparsa "The Same People" Fuente: http://comparsasdelcallao.blogspot.com |
Este proceso se profundizó en la década de los sesenta, cuando emergieron con todo vigor las comparsas de Isidora, la del Gago Wallece y la Nueva onda. Posteriormente, surgieron otras comparsas: La Renovación, The Same People, Family Ground, Renovación del Calipso, Nueva Generación del Calipso (llamada anteriormente Comparsa de la Negra Isidora), Galería 7, la Agricultura y otras”.
Evolución de las comparsas
El siempre acucioso, Mr. Kenton St' Bernard fue el diseñador y creador del famoso “carrito de comparsa” cercano a los años 60´s y fue un domingo en la tarde cuando este nuevo invento apareció en la comparsa de Isidora haciendo su debut, así lo cuenta Ricardo Sarti: “La mayor parte de estas comparsas compartieron la costumbre de desplazarse por distintas calles de la población para permitir que los parroquianos pudieran disfrutarlas. Esta costumbre se perdió, parcialmente, a raíz del advenimiento de los carritos portadores de los equipos de sonidos necesarios para amplificar el volumen de los calipsos interpretados por los grupos musicales de cada comparsa”.
Comparsas infantiles. Fuente: http:// madein-elcallao.blogspot.com |
Y como en todo buen invento la meta es que se multiplique, estos carritos se convirtieron en el furor para las agrupaciones de comparsas de El Callao, pues permitían llevar con mayor facilidad el sonido y los amplificadores a lo largo de las angostas y empinadas calles del pueblo.
Ricardo Sarti es hasta ahora uno de los más antiguos cronistas del pueblo, y nos comenta su impresión de esta evolución con estas letras: “Además de las comparsas de adultos, también existen varias comparsas integradas por niños y niñas pertenecientes a los distintos barrios locales. Estas comparsitas recorren las calles durante las mañanas de los días domingo, lunes y martes de carnaval”, estas manifestaciones expresadas a través de los más pequeños causa positiva impresión entre los foráneos y propios del pueblo.
Ricardo Sarti es hasta ahora uno de los más antiguos cronistas del pueblo, y nos comenta su impresión de esta evolución con estas letras: “Además de las comparsas de adultos, también existen varias comparsas integradas por niños y niñas pertenecientes a los distintos barrios locales. Estas comparsitas recorren las calles durante las mañanas de los días domingo, lunes y martes de carnaval”, estas manifestaciones expresadas a través de los más pequeños causa positiva impresión entre los foráneos y propios del pueblo.
Sarti finaliza “todas estas organizaciones forman un verdadero vivero de futuros participantes y músicos que integrarán las comparsas de adultos”.
El Callao seguirá siendo un rincón misterioso para los turistas, un sitio de encuentro para los locales y una incógnita para los historiadores.